Moverse para ocupar espacios.
Para mi, la migración es una idea que representa un instinto natural de movilidad y que responde a una curiosidad humana por conocer y ocupar espacios para superar nuestras necesidades. Sin embargo, esta idea se está derrumbando al ver cómo este fenómeno se está convirtiendo en una salida desesperada y forzada para muchas personas.
La complejidad de la migración contemporánea, la entendí cuando empecé a trabajar con jóvenes de comunidades desplazadas y pude ver las desigualdades y la falta de oportunidades que enfrentan para sus futuros. A partir de ese encuentro, fue inevitable hacer la comparación con mi vida, y comprender los privilegios que mi origen e identidad me ofrecen, para moverme con facilidad por el mundo, en comparación con el de estos jóvenes quienes enfrentan día a día una lucha incierta por estar en espacios que ellos no han elegido.
Al ver el mundo hoy en día, creo que la migración es algo que solo los animales entienden y practican, pues solo ellos pueden moverse hacia donde necesitan, sin necesidad de pedir permisos o realizar trámites, sin preocuparse cómo se ven o de dónde vienen.
Los muros, las fronteras, las políticas proteccionistas y la xenofobia nos ofrecen una visión gris del futuro del mundo, por lo que creo que hoy más que nunca es importante reflexionar y cuestionar conceptos como la identidad, el nacionalismo y la pertenencia.
No debemos olvidar que el moverse es algo natural, que la gente siempre se ha movido alrededor del mundo y así como los primeros humanos eran nómadas, y viajaban en busca de alimento, refugio y seguridad, hoy también buscamos ocupar espacios para vivir mejor. Sin duda alguna estamos en un momento crítico, en el que las formas en las que los individuos nos relacionamos y habitamos el mundo deben de cambiar. Tenemos que aprender a compartir y respetarnos.